Fecha os olhos.
Abre os braços, como se asas sonhadas fossem
e sela os músculos…
Corre rapaz, corre!
Corre como animal selvagem, monte abaixo;
Salta os tojos,
não te detenham as pequenas pedras soltas que rolam.
Tu és livre, rapaz…
Corre!
Não olhes para trás, não a deixes apanhar-te.
Corre.
Corre até não sentires os pulmões
e o teu sangue fazer parte do vento.
Não pares.
Corre até ao vale
onde o abraço meigo das velhas oliveiras,
tempo cansado que parou,
te erguerão o corpo frágil.
Corre,
que um dia a vida ir-te-á apanhar
nos seus ardis e labirintos,
arrancar-te as entranhas e secar as veias.
Corre, salta, voa enquanto podes.
Se acaso rasgares a pele na terra dura,
ergue-te, labe as feridas
cerra os dentes, detém as lágrimas
e faz da dor incentivo.
Não te percas em lamentações,
um dia o tempo rouba-te a inocência e a liberdade.
Corre enquanto tens as pernas leves.
Salta as horas da vida um dia, todos os dias…
Porque, quando abrires os olhos,
encontrar-te-ás perdido
numa qualquer esquina angulada
de um qualquer labirinto da existência…
Corre, rapaz. Foge!
Porque agora é o desespero que te faz correr.
Foge, rapaz!
Imagem|fotografia / Jacqueline Roberts (França)
Excelente!
¡Corre pequeño!/ António Patrício Pereira. Tradução: Arturo Jiménez Martínez
Cierra los ojos.
Abre los brazos, como si alas soñadas fuesen
y sella los músculos…
¡Corre pequeño, corre!
Corre como animal salvaje, monte abajo;
Salta los tojos,
que no te detengan las pequeñas piedras sueltas que ruedan.
Tú eres libre, pequeño…
¡Corre!
No mires para atrás, no la dejes atraparte.
Corre.
Corre hasta no sentir los pulmones
y tu sangre ser parte del viento.
No pares.
Corre hasta el valle
donde el abrazo tierno de los viejos olivos,
tiempo cansado que paró,
te irguieron el cuerpo frágil.
Corre,
que un día la vida te irá a atrapar
en sus ardides y laberintos,
arrancarte las entrañas y secar las venas.
Corre, salta, vuela mientras puedas.
Si acaso rasgares la piel en la tierra dura,
levántate, lava las heridas
cierra los dientes, detén las lágrimas
y haz del dolor incentivo.
No te pierdas en lamentaciones,
un día el tiempo te robará la inocencia y la libertad.
Corre mientras tengas las piernas ligeras.
Salta las horas de la vida un día, todos los días…
Porque, cuando abras los ojos,
te encontrarás perdido
en cualquier esquina angulada
de un cualquier laberinto de la existencia…
Corre, pequeño. ¡huye!
Porque ahora es el desespero que te hace correr.
¡Huye, pequeño!